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Unos pequeños peces con gran potencial pueden alimentar a las zonas áridas del África

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15 de junio de 2016, Roma – Unos pequeños peces que viven en libertad, de crecimiento rápido, podrían convertirse en aliados cruciales en la carrera para acabar con el hambre en algunas de las regiones con mayor pobreza y subalimentación crónica del mundo, según un nuevo informe de la FAO sobre la pesca en las zonas áridas de África subsahariana.

El agua es un recurso efímero en las regiones áridas de África, con masas de agua que se forman y desaparecen en períodos de tiempo relativamente cortos.

A pesar de esto, los peces – que a veces apenas alcanzan un gramo de peso en su madurez- consiguen sobrevivir y prosperar en estos entornos, lo que significa que la pesca en las zonas áridas del continente es, de hecho, altamente productiva y resiliente, según el informe.

La producción de la pesca en zonas áridas fluctúa debido a las pautas del clima -principalmente la escasez y el carácter errático de las lluvias- pero su potencial productivo es muy elevado en las masas de agua de menor tamaño, que en ocasiones aparecen sólo una vez cada década, pero que pueden llegar a producir hasta 150 kilogramos de pescado por hectárea al año.

En su conjunto, estos pequeños cuerpos de agua cubren un área mucho más grande que los lagos y embalses de la región subsahariana.

Si se gestionan adecuadamente, solamente en el África austral, estos espacios podrían producir 1,25 millones de toneladas de pescado: la mitad del rendimiento total registrado en la pesca continental de todo el continente, señala el estudio.

Aunque el sector de la pesca en pequeña escala es a menudo desatendido por los responsables de las políticas -e incluso despreciado por su incapacidad para generar riqueza- puede ser muy eficaz como un recurso amortiguador en caso de necesidad.

Cuando se combina con actividades agrícolas y ganaderas permite contar con medios de subsistencia resilientes y diversificados en un entorno impredecible, según los autores de Pesca en las zonas áridas de África subsahariana (Fisheries in the Drylands of Sub-Saharan Africa).

El informe concluye también que existe un mayor consumo de pescado en las zonas áridas que el señalado en las cifras oficiales, lo que subraya el papel inesperadamente importante de la pesca en la seguridad alimentaria local.

Ello empuja a los investigadores a buscar cómo gestionar mejor un recurso que por su naturaleza es muy volátil.

El pescado es muy nutritivo, y la fuente más barata de proteína animal y de aminoácidos, grasas y micronutrientes que son de otro modo difíciles de obtener en las tierras áridas subsaharianas, donde el consumo de pescado per cápita registrado es mucho más bajo que el promedio para toda África, de 10 kilogramos al año.

¿CÓMO PUEDE CONSEGUIRSE PESCADO EN UNA ZONA ÁRIDA?

«Los peces son increiblemente productivos cuando las condiciones son adecuadas», afirma Jeppe Kolding, autor principal del estudio y profesor de biología en la Universidad de Bergen, en Noruega. Su capacidad para poner huevos, dice «les hace parecerse más a los insectos que a otros vertebrados”.

La mitad de África subsahariana se compone de zonas áridas, donde el agua superficial fluctúa enormemente y los ecosistemas se adaptan a lluvias impredecibles.

De hecho, el lago Ngami en Botswana y el lago Liambezi en Namibia estuvieron secos durante más de dos décadas, y en cambio hoy en día se caracterizan por un elevado rendimiento de pescado.

Y la pesca en zonas áridas -por definición muy variable- puede producir hasta cuatro veces la cantidad de pescado que un gran lago o embalse tropical, según el informe.

No llega a entenderse del todo cómo sobreviven los peces a estos drásticos cambios en el hábitat: el embalse de Khasm el-Girba , en Sudán se seca cada año, pero los peces siempre aparecen de nuevo.

El bagre africano (clarias gariepinus) puede sobrevivir enterrándose en el lodo, mientras que otras especies encuentran refugio en pequeños arroyos cercanos. Se trata en ambos casos de estrategias que, gracias a los altibajos demográficas que conlleva la fecundidad del pescado, se ajustan al dicho común local de que «los peces vienen con las lluvias».

AUMENTAR LOS BENEFICIOS DE LA PESCA

Si bien la pesca no puede ser una varita mágica para los 390 millones de personas que viven en las zonas áridas de África, tiene un papel clave en el desarrollo del denominado crecimiento azul, ya que puede aprovecharse para obtener múltiples beneficios.

El enorme potencial productivo de la pesca en zonas áridas representa un activo muy importante -proteínas para la dieta y alternativa económica- en una región donde es poco probable que las necesidades alimentarias y nutricionales sean satisfechas tan solo por el desarrollo agrícola.

Explotar este recurso requerirá el reconocimiento de la pesca en las políticas de gestión hídrica de las zonas áridas y en las de alimentación y nutrición.

Podrían sacarse más ventajas si se consiguieran instalaciones adecuadas de procesado y almacenamiento, ya que el pescado obtenido en un año de bonanza, secado al sol, puede conservarse durante años y ser aprovechado como fuente local para el suministro de raciones alimentarias de emergencia en la región.