La intención de Elisa Carrió es enfrentar a la Presidenta en las urnas, para ello, encabezaría la lista de legisladores del PRO. (Foto: Archivo)
Una vez que se confirme la decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de ser candidata a diputada nacional por el Frente Para la Victoria en representación de la Provincia de Buenos Aires, el macrismo daría vía libre a su jugada contraofensiva: Elisa Carrió declinaría su candidatura presidencial y encabezaría la lista de diputados del PRO en el mismo distrito.
Otra posibilidad es que lidere la lista de unidad que pudiera presentar el Frente que armaron “Lilita”, Mauricio Macri y Ernesto Sanz para las elecciones de diciembre.
Según pudo saber NOVA a través de fuentes cercanas al oficialismo porteño, Carrió no está llevando adelante una campaña electoral a nivel nacional porque “sueña con enfrentar a Cristina”.
Para que esa posibilidad se cumpla, aguarda a que el oficialismo juegue “la carta Cristina”, porque en cualquier otro escenario, priorizará la postulación presidencial.
Por ejemplo, no sería lo mismo si Máximo Kirchner es finalmente el designado para encabezar la lista de diputados K.
La “jugada” depende del domicilio legal “Lilita”, que si bien hoy ocupa una banca como representante de la Ciudad de Buenos Aires, tiempo atrás coqueteó con la posibilidad de ser candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires y para tal fin, habría establecido su domicilio en una localidad del interior bonaerense.
Por su lado, en este escenario electoral, el Frente para la Victoria se juega todo su caudal político en la figura de su líder Cristina.
Pero no sólo arriesga el liderazgo del movimiento, sino también 35 bancas en la Cámara Baja, que de perderlas, podría dilapidar el manejo del parlamento que hoy ostenta Julián Dominguez.
Además, la Presidenta podría hacer uso de los fueros que le otorgarían convertirse nuevamente en una edil.
Solapadamente, casi sin buscarlo, la candidatura de Cristina comienza a imponerse para ajustar la estrategia electoral del Frente Para la Victoria.
Cualquier otro dirigente no arrastraría la cantidad de votos que la Presidenta porque, a pesar de su alta imagen negativa, su gestión en la administración federal aún cuenta con el apoyo de un más de un tercio del electorado.
El interrogante que surge espontáneamente es quién ocupará el tramo más importante de la boleta, aquel que defina al candidato a presidente por el oficialismo nacional.
Si de Cristina dependiera, sería un candidato puro, y el nombre del ministro de Economía, Áxel Kiciloff, se le impone “porque no hay otra alternativa”, según “dice seguido” la misma Presidenta.