El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, presentó los resultados del operativo que permitió detener a una banda de narcos que traficaba cocaína y marihuana ocultas en el interior de trofeos de la copa del mundo y que operaba en distintos puntos de la zona oeste del Conurbano al tiempo que ratificó que «nuestro enemigo es el narcotráfico y estamos seguros que las madres del futuro recordarán esta lucha».
«Estos mercaderes de la muerte tienen un ingenio interminable, pero no hay que equivocarse. No es para admirarlos. Al contrario…ahora están presos», dijo el funcionario del gobierno de María Eugenia Vidal, quien destacó que «por suerte para el vecino hay una policía con una mayor preparación y capacitación».
«Por eso insistimos en que no hay que hacerles series de televisión, hay que encerrarlos y tenemos que aplaudir a los investigadores que los meten tras las rejas», aseguró Ritondo en una conferencia de prensa brindada hoy en el Centro de Coordinación Estratégica de la Policía de La Matanza junto al jefe de la Policía de la provincia de Buenos AIres, comisario general Fabián Perroni.
En ese marco, el titular de la cartera de Seguridad recordó que desde el inicio de la gestión «derribamos 70 búnkers y realizamos 59 mil operativos contra los narcos».
En el lugar, también estuvieron presentes los fiscales Patricia Ochoa (Fiscal General de La Matanza), Karina Saucedo (Fiscal Nro 2 de Moreno), Marcos Borghi (Fiscal UFI de estupefaciente de La Matanza) y Lucas Oyanarte (Fiscal Moreno / Gral Rodríguez).
Los procedimientos que permitieron detener esta banda fueron llevados a cabo por efectivos de la Delegación La Matanza de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado en el barrio de emergencia Villegas de Isidro Casanova, donde se detuvo a seis de sus integrantes y se secuestraron 20 kilos de marihuana, 10 de cocaína, 1800 dosis de paco y 400 mil pesos en efectivo.
Además, se incautaron ocho imitaciones de la copa del mundo que tenían alrededor de un kilo y medio de droga cada una, dos vehículos de alta gama utilizados por los miembros de la banda y dos armas de fuego.
La organización criminal aprovechaba el auge del merchandising del mundial para trasladar la droga sin levantar sospechas.