El tiempo se acaba para los bosques del planeta, cuya superficie total se reduce día tras día, según alerta un nuevo informe de la FAO que insta a los gobiernos a fomentar un enfoque integral que beneficie tanto a los árboles como a quienes dependen de ellos.
Detener la deforestación, gestionar los bosques de forma sostenible, restaurar los bosques degradados y aumentar la cobertura arbórea mundial requieren medidas para evitar consecuencias potencialmente dañinas para el planeta y sus habitantes, según la última edición del informe El estado de los bosques del mundo 2018 (SOFO, por sus siglas en inglés)
Los bosques y los árboles contribuyen mucho más al sustento de los seres humanos de lo que comúnmente se cree, desempeñando un papel crucial para la seguridad alimentaria, el agua potable, las energías renovables y las economías rurales. Proporcionan cerca del 20 por ciento de los ingresos de los hogares rurales de los países en desarrollo –mucho más en numerosas áreas- y combustible para cocinar y calentarse para una de cada tres personas en el mundo
“Los bosques son fundamentales para los medios de vida”, aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva. “Unos bosques sanos y productivos –añadió- son esenciales para la agricultura sostenible, y tenemos pruebas de la importancia de los bosques y los árboles para la calidad del agua, por su contribución a las necesidades energéticas del futuro y para el diseño de ciudades sostenibles y saludables”.
El informe SOFO de este año documenta lo esenciales que resultan los bosques para los objetivos de la Agenda 2030, desde la lucha contra el cambio climático hasta la conservación de la biodiversidad, pasando por la reducción de las desigualdades y la mejora de los hábitats urbanos. Aporta pruebas concretas de las múltiples prestaciones de los bosques e indica la senda para que puedan aumentarse aún más.
“Los árboles y los bosques contribuyen a lograr múltiples objetivos en toda la Agenda 2030 y deben incorporarse en las estrategias para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, señaló por su parte la Directora del Departamento Forestal de la FAO, Eva Mueller.
El informe SOFO de este año documenta lo esenciales que resultan los bosques para los ODS, desde abordar el cambio climático hasta asegurar el agua potable y mejorar los hábitats urbanos. Ofrece una prueba concreta de las múltiples prestaciones de los bosques y señala la senda para que puedan aumentarse aún más.
El SOFO 2018 enfatiza igualmente la importancia de marcos legales claros con respecto a los derechos de tenencia de los bosques, aplaude la creciente tendencia hacia la gobernanza local y hace un llamamiento en pro de alianzas eficaces y la participación del sector privado para alcanzar objetivos sostenibles. Dado que la deforestación es la segunda causa principal del cambio climático -tras la quema de combustibles fósiles-, se asegura que “la responsabilidad corporativa es clave para lograr la deforestación cero”.
INFORME DE LOS PROGRESOS
Si bien queda mucho trabajo por hacer, la publicación aporta numerosos ejemplos que indican un aumento de la concienciación y un incremento gradual de prácticas sostenibles en relación con los bosques y los árboles del mundo.
Por ejemplo, hoy en día se recicla más del 56 por ciento de papel, frente a menos de una cuarta parte en 1970. Mientras tanto, el uso de materiales descartados para fabricar paneles de madera para la construcción ha permitido que la producción crezca cuatro veces más rápido que las necesidades de madera nueva en las últimas dos décadas.
Pero los bosques y árboles sanos hacen mucho más que proporcionar madera. Una de cada cinco personas en todo el mundo cuenta con los productos forestales no madereros (PFNM) para obtener sus alimentos, ingresos y diversidad nutricional, los pilares de la vida humana. Esto es especialmente importante para cerca de 250 millones de personas –sobre todo en África y Asia- entre ellas alrededor del 40 por ciento de los que padecen pobreza extrema en las zonas rurales, que viven en bosques y sabanas, considerados “epicentros” de pobreza en los trópicos.
Los estudios muestran que un gran número de familias en las zonas tropicales recolectan alimentos forestales para su propio consumo, obteniendo a menudo más de lo que produce la agricultura o la cría de ganado. Incluso en la próspera Europa, una de cada cuatro personas recolecta alimentos directamente de los bosques -incluyendo frutas y bayas- y el 90 por ciento de la población europea compra este tipo de alimentos.
Alrededor de un tercio de los pequeños campesinos de África cultivan árboles en sus tierras y obtienen de ellos cerca de una sexta parte de sus ingresos brutos, a través de diversas formas. Además de beneficios adicionales que van desde incrementar la fertilidad del suelo hasta conseguir sombra para protegerse del sol.
A nivel mundial, el ingreso generado por los PFNM asciende a 88 000 millones de dólares EEUU, pero la cifra real es probablemente mucho mayor. Un estudio en Uganda concluyó que el valor no monetario de los productos forestales -incluyendo en este caso el carbón y los materiales de construcción- era de dos a cuatro veces mayor para la población local que el dinero obtenido a través de su venta.
Los bosques ayudan también a la gente a comprar alimentos, al aumentar sus ingresos. Se estima que el sector crea más de 45 millones de empleos y unos 580 000 millones de dólares EEUU anuales en rentas del trabajo, teniendo en cuenta que se trata un sector en gran parte informal.
Los responsables de las políticas deberían tratar de trasladar más empleos forestales al sector formal.
“Para llegar primero a los más desfavorecidos, debemos que descender por la senda del bosque y empoderar a los agentes del cambio”, señaló Mueller, al elogiar la tendencia mundial de delegar los derechos forestales desde los gobiernos nacionales a la tenencia local y comunitaria.
UN ALIADO NATURAL PARA OBTENER AGUA Y ENERGÍA
La gestión forestal sostenible es un imperativo para satisfacer las necesidades mundiales de agua y energía, según enfatiza el informe.
Grandes ciudades -como Viena, Tokio, Johannesburgo y Bogotá- obtienen importantes cantidades de agua potable de bosques protegidos. A su vez, 180 millones de personas en los Estados Unidos de América dependen de los bosques para su abastecimiento de agua potable, según el Servicio Forestal estadounidense.
Si bien muchas de las principales cuencas hidrográficas del mundo han perdido la cobertura arbórea, el informe SOFO señala un incremento mundial en los últimos 25 años en las áreas forestales que ahora se destinan a la conservación del suelo y el agua.
El combustible de madera representa una parte del suministro de energía renovable del mundo similar a la energía solar, hidroeléctrica y eólica combinadas, y cubre más de la mitad de los requisitos nacionales de suministro de energía primaria en 29 países, la mayoría de ellos en África subsahariana. El dato que los bosques contienen el equivalente a 142 000 millones de toneladas de petróleo –cerca de 10 veces el consumo mundial anual de energía primaria- subraya su valor y la necesidad de su uso sostenible.
El informe El estado de los bosques del mundo 2018 (SOFO) se elaboró con miras a la reunión del Foro político de alto nivel sobre el desarrollo sostenible comienza en Nueva York el 9 de julio. En este contexto, el SOFO se presentará en un evento especial del Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques (FNUB).