Aunque aún no definió la camiseta que usará en 2015, Martín Insaurralde ya lanzó un desafío abierto al núcleo duro kirchnerista.
Lo aclaró ante un selecto grupo de intendentes: mientras permanezca en su banca de legislador, se mantendrá bajo la órbita del FpV; en caso de dejar su cargo, no obstante, volverá a Lomas de Zamora para, ya sí, proyectarse a la Provincia en 2015.
Según pudo saber NOVA, la reunión con los alcaldes fue hace algunos días en la exclusiva zona de Puerto Madero, cerca del domicilio que el lomense comparte con su futura esposa, Jésica Cirio.
Un alto funcionario bonaerense, desembarcado recientemente en el gobierno sciolista, convocó en un departamento a cerca de 15 intendentes del FpV. Al mitín invitaron especialmente a Insaurralde, a la espera de que diera algunas definiciones sobre sus misteriosos pasos.
En plan de candidato, Insaurralde se despachó con un extenso discurso sobre las necesidades de la Provincia y su eventual plan de gobierno.
Su intención ya fue revelada por este portal: conformar un grupo de intendentes propios, por fuera del kirchnerismo y el Frente Renovador de Sergio Massa. Hablaba ante sus pares, que escuchan acodados en una mesa dispuesta en “U”.
En eso estaba cuando uno de ellos se levantó y lo frenó en seco. “Todo muy lindo, Martín, pero decinos si nos vas a traicionar”, le espetó. Sorprendido, Insaurralde aprovechó para aclarar los tantos.
Según la reconstrucción que pudo hacer este portal de fuentes que están al tanto del encuentro, el lomense aclaró que, como diputado del FpV, sus movimientos se enmarcan en la disciplina del oficialismo.
“Cuando yo fui candidato, me dijeron que la banca era de Cristina, así que yo seguiré votando con el oficialismo”, aseguró Insaurralde.
Puso como ejemplo el voto que le valió la exclusión momentánea del Frente Renovador: su aval a las reformas de la Ley de Abastecimiento.
Pero no fue lo único que dijo: también aseguró que, si rompe lanzas con el kirchnerismo, dejará su banca. Así de firme es su disciplina partidaria.
Con esas palabras, el lomense insinuó así que podría abandonar el bloque y refugiarse en su pago chico para iniciar su carrera rumbo a la Gobernación.
Y lo hizo con una frase contundente: “La banca es del FpV, la Provincia es mía”. Los intendentes quedaron mirando, absortos.
Y entendieron que la discusión por un armado propio volvía a “foja cero”.
Será su posición en el podio de las siempre relativas encuestas, la proximidad de su casamiento con Cirio o bien la certeza de saber que la pelota en su discusión con el massismo está de su lado.
El asunto es que Insaurralde se tiene fe. Tanto que se planta ante la propia Cristina Kirchner.