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LA FAO Y EL PMA REDOBLAN SUS ESFUERZOS PARA ALIVIAR EL HAMBRE EN EL GRAN KASAI.

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Una donación de Bélgica, canalizada a través de los organismos de la ONU, ayudará a decenas de miles de personas en situación de riesgo en la República Democrática del Congo

20 de diciembre de 2017, Kinshasa – En un contexto de enorme sufrimiento humano, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) han unido sus fuerzas para tratar de paliar las consecuencias del conflicto en el Gran Kasai. Los dos organismos de las Naciones Unidas destinarán 10 millones de dólares EUU donados por el gobierno de Bélgica a mejorar el acceso a los alimentos de más de 100 000 personas. La iniciativa beneficiara unos 18 000 hogares, que incluyen desplazados, retornados y familias de acogida.

“Gracias a esta considerable aportación, podemos intensificar nuestros esfuerzos y trabajar en estrecha colaboración para evitar que la población, incluidos los niños pequeños, muera de hambre y malnutrición”, aseguró Alexis Bonte, Representante interino de la FAO en la República Democrática del Congo (RDC).

“Estas intervenciones no solo protegerán a las personas vulnerables, sino que también ayudarán a reactivar la producción agrícola y fomentarán la cohesión social en las comunidades afectadas por la crisis”, añadió por su parte Claude Jibidar, Representante del PMA en el país africano.

Dentro de este proyecto, el PMA distribuirá harina de maíz enriquecida, legumbres, aceite vegetal enriquecido y sal yodada, así como dinero en efectivo. Los niños de entre 6 y 59 meses y las mujeres embarazadas y lactantes, recibirán durante tres meses suplementos nutritivos especiales. Por su parte, la FAO suministrará material para cultivo de hortalizas (azada, rastrillo, pala, regadera y semillas de hortalizas y frutas) que permitirán a cada familia alimentarse dos meses y vender los excedentes.

Además, se impartirá capacitación en la crianza de cobayas como fuente de proteínas; y en el procesado y comercialización del bambú para usar como leña, utensilios de cocina, cestas, canoas, aparejos de pesca y vallas. Mientras tanto, los huertos de hortalizas junto a los centros de salud y las asociaciones de mujeres aportarán a los niños malnutridos -y a las mujeres embarazadas y lactantes- micronutrientes como hierro y zinc.
Esta iniciativa conjunta se implementará en colaboración con el Ministerio de Agricultura de la RDC y ONG locales. Pero por muy bienvenida que sea, no alcanza ni de lejos a cubrir la totalidad de las necesidades humanitarias.

El conflicto en Kasai -antes una rica región productora de maíz-, ha forzado a un millón de personas a huir de sus casas y de sus tierras, y unos 3,2 millones padecen ahora una situación de hambre severa. La malnutrición infantil está muy extendida.

La tragedia que sufre el pueblo congoleño exige una mayor solidaridad. La FAO y el PMA abogan por una mayor financiación para hacer frente a las angustiosas necesidades de la población. Sobre todo, los dos organismos de la ONU exigen una paz duradera que permita a la gente producir sus propios alimentos, reconstruir sus medios de subsistencia y les garantice un futuro más próspero.